AMANDA
Encendí una
vela y te vi
con sutileza
llegue a ti
en aquellas
avejentadas manos me acurruque
en tus dulces,
tus silencios, aprendí.
El calor de la
vida, el sabor de la luz,
una sonrisa
es más para mí.
No había miedos,
no había ocasos
era tu luz,
así crecí.
Ropa sencilla,
zapatos gastados
en cada
paso una palabra y con ella
una enseñanza.
Ahora tu sombra
en la memoria
Tu legado
en las pisadas y tu mente
por aquí descansa.
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