PARA QUE TANTO DESVELO
El pasar del
tiempo es tan efímero, tan vacío, tan enmarcado en prototipos y retorcidos
pensamientos
vivir entre sueños
esperando crecer,
llegar a ser
adulto para comprar y beber todo lo que el mercado me sugiere o más bien dicho me
entromete,
sediento de años y
del tiempo veo pasar mi infancia,
dejando de lado los juegos, las travesuras y
los inventos.
Lucir un tinte,
unos tacones de cuero, un labial rojo que enmarque mis deseos;
apresurada,
desmesurada, acelerada en búsqueda de un destino aparente.
Comprar, vender,
comer, dormir, llorar, bailar,
entre una y otra rosa dejar fluir el silencio,
los recordados halagos,
los melosos deseos, son opacados con esa ilusión de crecer,
buscando un fin
que ni se aclara en la mente.
Cuando el tiempo ha transcurrido, las
vanidosas moradas son absorbidas por las arrugas de los años,
los montículos de
ropa acumulada, las palabras que nunca dije por miedo a herir,
los sueños que
nunca cumplí por miedo vivir,
¿De qué sirvió
tanta prisa?, si lo mas preciado se ha marchado y
me he hundido en el fango,
aquellas ilusiones marchitadas por un destino,
por un fin de los tiempos, en donde no se
percibe ningún efímero detalle,
solo el cuerpo inerte,
la carne putrefacta, una piel diluida.
¿Para qué tanto
desvelo?, ¿para qué tanto acelere?, ¿para qué tanto revuelto?,
¿para qué tanta
prisa?, si el tiempo lo come todo, lo transforma en polvo,
¿para qué tanto
derroche?, ¿para qué tanta basura?,
si el presente es
el momento, es el sueño la ilusión que tanto anhelo.
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